El miedo a los demás
Una emoción fuerte en este tiempo es el miedo. Miedo a enfermar o a que enfermen nuestros familiares o amigos, miedo a perder el trabajo y el estatus social, miedo a no poder elegir qué queremos y cómo lo queremos, miedo a la falta de libertad y a quedar sometidos a decisiones e intereses de otros, miedo a morir.
Pero hay un miedo más profundo que se nos va instalando, es el miedo al otro. Ese otro que puede contagiarme y pone en riesgo mi vida y la de los demás por no cuidarse. Escuchaba una charla de un pensador que decía que hay un cambio de paradigma: ya no es el grupo que influye en la persona, sino la persona que influye en el grupo. Una persona puede contagiar exponencialmente al grupo. Planteaba lo interesante de este cambio en la consciencia social.
Y me quedó resonando esto de contagiar. Lo individual tiene poder, presencia e influencia en lo grupal. Una persona puede ser presencia de peligro. Pero también podríamos pensarlo desde una perspectiva positiva: puede ser presencia de alivio, de salud.
Fuente imagen: <a href='https://www.freepik.es/fotos/fondo'>Foto de Fondo creado por lifeforstock - www.freepik.es</a>
La risa es contagiosa por imitación. Tal vez ese es el secreto: ser contagiosos y que otros nos imiten. ¿Qué contagiamos, qué imitamos, qué llevamos a nuestros grupos cercanos? Hoy lo individual toma fuerza. Si te cuidás, cuidás al otro. La mayoría de las personas no somos científicos, no está en nuestras manos buscar la vacuna o la cura del COVID 19. Pero sí somos protagonistas de esta historia, de esta realidad cuando elegimos no sumar otras enfermedades, angustias o miedos que contagien al conjunto de las personas. El miedo, es el virus que enferma nuestros vínculos y relaciones sociales.
Tal vez, podemos ser “portadores positivos” y contagiar empatía, comprensión y compasión. Tal vez podamos despertar y descubrir cómo cultivar disposiciones interiores para que estas capacidades, que son innatas en nuestro ADN, comiencen a florecer y evitemos enfermar como grupo, especie, sociedad.
Este ese el desafío para cada uno de nosotros. Este es el protagonismo que necesitamos para no enfermar e, incluso, para sanar nuestro corazón y el corazón de nuestra humanidad.
