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Alerta: ¡Balances de fin de año!


Llega fin de año y con él comienza unos de los temas recurrentes de esta época: los balances de fin de año. Aparecen por todos lados: el trabajo y el logro de los objetivos, las materias cursadas y aprobadas, los sueños cumplidos... pareciera que en unos pocos días tenemos que contabilizar logros, pérdidas, ganancias, como si la vida fuera un asiento contable.

Este tema suele transformarse en el centro de la conversación en las cenas con amigos. Bastante controversial, hay quiénes frente a la pregunta ¿cómo les fue este año? están contentos con los logros obtenidos, agradecidos por lo caminado, algunos otros admiten no haber conseguido todo lo que se propusieron pero se muestran esperanzados por alcanzarlo el año entrante, hay quiénes se enojan y denotan cierta angustia frente a la frustración, y hasta los que por alguna razón evadieron la pregunta y al escucharla se animan a evaluarse.

Si te sentís identificado con alguna de estas opciones, o aún estás en duda si hacer tu balance, te ofrecemos algunas herramientas para que el proceso sea provechoso y no te pierdas en enojos, angustias o frustraciones al hacerlo.

Para empezar, es importante tener en cuenta que lo que hacemos es un “balance”, es decir, que las situaciones/ hechos de nuestra vida no son estáticos sino que están en contínuo movimiento, algunas veces serán “más lindos o positivos” “acorde a lo que esperamos o anhelamos” y otras veces serán “más frustrantes” “tristes” “negativos”. Frente a ésto, es importante entender que todos, absolutamente todos, podemos identificar hechos de una clase u otra a lo largo de nuestro año.

Otro punto clave es poder observar nuestra lista (escrita o mental) de objetivos y ver la cantidad de cosas que pretendíamos alcanzar. Muchas veces, puede ser que el motivo de nuestro “incumplimiento” esté relacionado a una lista interminable de cosas a conquistar. E incluso considerar si los objetivos planteados a principio de año son posibles de acuerdo a nuestra realidad.

También es importante tener en cuenta que más allá de nuestro esfuerzo y nuestras ganas de alcanzar nuestros objetivos, existe una realidad externa que puede presentarnos imponderables que se interpongan en nuestro fin.

Otra cuestión a considerar si no logramos cumplir nuestros objetivos, es revisar los pasos que fuimos siguiendo para poder lograrlos…muchas veces el error no está en la meta sino en el proceso. Reconocer aquellos objetivos que pudimos cumplir, que fueron agradables y no fueron premeditados al comenzar el año.

Como cierre y consejo, no abandonar objetivos de un año al otro, muchas veces conquistar algunos sueños o anhelos necesitan un poco más de tiempo, es decir que para poder alcanzarlos necesitamos antes trabajar otros objetivos intermedios.

Ahora sí! ¿Te animás a hacer tu balance?


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